Disciplina positiva: de la inercia a la estrategia

08/01/2016 22:34

 

Disciplina positiva: de la inercia a la estrategia

Luis es padre de una niña de 12 años y un niño de 6. Poco antes de la cena, los niños suelen ver un rato de televisión, pero a la hora de apagarla siempre hay conflictos. Un día, Luis, que no se encuentra con mucha paciencia, zanja la situación apagando bruscamente la televisión y gritando a sus hijos: “¡A vuestro cuarto! ¡Y no veréis la tele mañana! ¡Ya estoy harto de que este tema siempre sea un conflicto! ¡Es que sois imposibles, nunca estáis contentos y siempre protestando! Sois insaciables y no puede ser….”. El desahogo a gritos del padre sigue, pero los niños hace tiempo que no escuchan. Unos días después, quién sabe si incluso al día siguiente, se vuelve a repetir la escena, pero Luis está cansado y con pocas ganas de pelea. Así que les deja hacer: “Vale, veréis un capítulo más, pero solo uno”. Lo que ocurre es que al final ven tres, en un largo tira y afloja con el padre, que cede y se desdice porque, repetimos, no quiere peleas.
 

Disciplina positiva: firmeza con cariño

Entre otra mucha bibliografía sobre el tema, hay dos libros que son superventas a nivel mundial que tratan de transmitir herramientas y estrategias para incorporar la disciplina positiva a la educación de los hijos. Son los archiconocidos Cómo hablar para que tus hijos escuchen y cómo escuchar para que tus hijos hablen, de Adele Faber y Elaine Maszlish, y Disciplina positiva, de la A a la Z, de Jane Nielsen, Lynn Lott y Stephen Glenn. En ellos, se enseñan herramientas para escuchar de forma activa y respetuosa, aprender a expresar sentimientos (y aceptarlos), sancionar comportamientos sin herir ni sermonear, fomentar la conexión y la cooperación entre padres e hijos, ayudar a forjar una buena autoestima, hablar menos y actuar más, ser consecuentes y hacer seguimiento de las decisiones tomadas…

 

 

Para leer más: https://www.gestionandohijos.com/disciplina-positiva-de-la-inercia-a-la-estrategia/

 

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